Pidiendo para su madre - Antonio Candia
Pidiendo para su madre Pidiendo para su madre, un joven va por la aldea y aunque el dolor le taladre, sufre, calla y no se queja. Cuando después de rodar por las calles y las plazas, se arrodilla ante un altar; y así le sorprende el cura. Y al ver que una mano falta del brazo de aquel mozuelo, con voz que es toda dulzura le dice: “¿Cómo te llamas?”,”Qué haces dí, por este pueblo?” Antón yo me llamo, Padre y le pedía a la Virgen que me den una limosna para que coma mi madre. ¿Y cómo perdiste la mano? le dice el cura piadoso, fue en el taller, fue en el campo, o algún reptil venenoso te dejó, Antón, desgraciado, y te ha dejado hijo mío pobre, triste y mal parado? No, Padre, no fue un reptil lo que mi mano cortara. Años ha, que voy pidiendo con lágrimas en los ojos, y el rubor que cubre mi cara. Joven y fuerte fui un día Mis brazos fueron sostén de una madre de alma pura. ¡Madre! palabra sagrada,