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Mostrando entradas de febrero, 2018

Pidiendo para su madre - Antonio Candia

Pidiendo para su madre Pidiendo para su madre, un joven va por la aldea y aunque el dolor le taladre, sufre, calla y no se queja. Cuando después de rodar por las calles y las plazas, se arrodilla ante un altar; y así le sorprende el cura. Y al ver que una mano falta del brazo de aquel mozuelo, con voz que es toda dulzura le dice: “¿Cómo te llamas?”,”Qué haces dí, por este pueblo?” Antón yo me llamo, Padre  y le pedía a la Virgen  que me den una limosna para que coma mi madre. ¿Y cómo perdiste la mano?  le dice el cura piadoso, fue en el taller, fue en el campo, o algún reptil venenoso te dejó, Antón, desgraciado, y te ha dejado hijo mío pobre, triste y mal parado? No, Padre, no fue un reptil  lo que mi mano cortara. Años ha, que voy pidiendo con lágrimas en los ojos, y el rubor que cubre mi cara. Joven y fuerte fui un día Mis brazos fueron sostén de una madre de alma pura. ¡Madre! palabra sagrada,

Reír llorando - Juan de Dios Peza

Reír llorando Viendo a Garrik —actor de la Inglaterra— el pueblo al aplaudirlo le decía: «Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz...»  Y el cómico reía. Víctimas del  * spleen , los altos lores, en sus noches más negras y pesadas, iban a ver al rey de los actores y cambiaban su * spleen  en carcajadas. Una vez, ante un médico famoso, llegóse un hombre de mirar sombrío:  «Sufro —le dijo—, un mal tan espantoso como esta palidez del rostro mío. »Nada me causa encanto ni atractivo; no me importan mi nombre ni mi suerte en un eterno * spleen  muriendo vivo, y es mi única ilusión, la de la muerte». —Viajad y os distraeréis.                                            — ¡Tanto he viajado!  —Las lecturas buscad.                                           —¡Tanto he leído!  —Que os ame una mujer.                                           —¡Si soy amado!  —¡Un título adquirid!